CAPITULO XV
EL MÉTODO CIENTÍFICO DEL DESARROLLO ESPIRITUAL
Primera Parte
ANALOGÍAS MATERIALES
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Cuando estábamos descendiendo por la involución en la existencia concreta, nuestro progreso estaba basado enteramente en el desarrollo material; pero desde que hemos doblado el nadir de la materialidad y estamos empezando a subir por encima de lo concreto, el desarrollo espiritual está haciéndose más y más importante como factor necesario en nuestro avance, aunque tengamos que aprender aún muchas y grandes lecciones de la fase material de nuestra existencia. Esto se refiere a la humanidad en general, pero particularmente, por cierto, a aquellos individuos que han empezado ya de un modo consciente a aspirar a la vida superior. Por estos motivos puede ser conveniente repasar las enseñanzas Rosacruces desde otro punto de vista, respecto al método científico para adquirir este desarrollo espiritual.
Las gentes de la generación anterior, particularmente en Europa y los Estados orientales de América, recordarán seguramente con placer sus viajes por las grandes llanuras del campo y cómo de vez en cuando han pasado por algún río en cuyas márgenes había viejos molinos rústicos, con sus grandes ruedas girando laboriosamente y poniendo en movimiento la primitiva maquinaria dentro del molino, aprovechando solamente una pequeña fracción de la fuerza concentrada en la corriente del agua, la cual se desperdiciaba en su mayor parte. Pero después vino otra generación que se dio cuenta de las posibilidades realizables por un aprovechamiento científico de aquella enorme energía. Los ingenieros empezaron a construir presas para impedir la salida del agua sin producir utilidad alguna. Entonces hicieron que el agua detenida en la presa pasara por tuberías para conducirla hasta las ruedas construidas según principios científicos, y así economizaron la gran energía encerrada en la presa, dejando solamente pasar la cantidad de agua estrictamente necesaria para hacer girar la rueda con una velocidad determinada.
Pero mientras la rueda del agua construida científicamente era un gigante comparada con su primitivo antecesor, estaba, sin embargo, aún sujeta a algunas de las mismas limitaciones; su enorme energía podía ser usada tan sólo en el sitio donde se producía, y semejantes sitios se encuentran generalmente a muchos kilómetros de distancia de los centros de civilización donde al fuerza es más necesaria. Trabajando en armonía con las leyes de la naturaleza el hombre se había asegurado los servicios de un elemento de energía inagotable, pero la cuestión era poder ponerlo en acción donde más falta hacia. Para resolver este problema el hombre acudió otra vez a las leyes de la naturaleza; generadores eléctricos fueron acoplados a las ruedas del agua, la fuerza del agua fue transformada en energía eléctrica y se hizo una tentativa para enviarla del sitio de su origen a las ciudades donde se podría emplear prácticamente. Y esto requería otra vez métodos científicos de trabajo de acuerdo con las leyes de la naturaleza, porque se vio que varios metales transmitían la electricidad con distinta facilidad, siendo los mejores de ellos el cobre y la plata, escogiéndose el cobre por su mayor baratura.
El estudiante debe observar que no podemos obligar a estas fuerzas a obrar; si queremos emplearlas nos tenemos que someter a la obediencia de las leyes que rigen su manifestación, y escogiendo la línea de menor resistencia para obtener el máximum de energía. Si hubiéramos escogido como transmisores, hilos de hierro, de alpaca o metal blanco, que tienen una resistencia relativamente alta, una gran parte de la energía se habría perdido, sin hablar de otras complicaciones que no necesitamos detallar para nuestro objeto. Pero obrando con las leyes de la naturaleza y escogiendo la línea de menor resistencia, obtenemos el mejor resultado del modo más fácil.
Hubo otros problemas que se presentaron a aquellos investigadores en su transformación de la fuerza del agua empleada en las ruedas de molino de electricidad utilizable a muchos kilómetros de distancia del origen de la fuerza. Se vio que una corriente eléctrica trataba siempre de llegar al suelo por el camino más directo posible. De aquí la necesidad de la separación del hilo, conductor de electricidad, de la tierra, mediante alguna materia que impidiese esta escapada de la corriente, lo mismo como una alta muralla retiene en su recinto a un prisionero. Era preciso encontrar algo contrario a la electricidad, y esto se halló en forma de vidrio, de porcelana y de ciertas substancias fibrosas, resolviendo así por medios científicos e ingeniosos, siempre de acuerdo con las leyes de la naturaleza, el problema de aprovechar lo mejor posible y a gran distancia la gran energía que el viejo molino primitivo había desperdiciado inútilmente.
La misma aplicación de métodos científicos para otros problemas de la vida como la jardinería, por ejemplo, ha producido también magníficos resultados en beneficio de la humanidad, haciendo crecer doscientas hojas de hierba donde antes con los métodos anticuados ni una sola encontraba alimento. Ilustres científicos como Luther Burbank han obtenido mejoramientos de muchas variedades de frutas silvestres, logrando que se hagan más grandes, más jugosas y de mejor gusto; y en todas partes donde métodos científicos han reemplazado a los primitivos, se han obtenido los mismos resultados beneficiosos. Pero como queda dicho antes, y esto es muy importante para nuestro punto de vista, todo lo hecho en este sentido ha sido llevado a cabo obrando de acuerdo con las leyes de la naturaleza.
El axioma hermético "Como es arriba, así es abajo" enuncia la ley de la analogía, la llave maestra para todos los misterios, espirituales o materiales, y podemos sacar también la consecuencia infalible de que lo que vale para la aplicación de métodos científicos a problemas materiales, tendrá la misma eficacia cuando se aplica a la solución de misterios espirituales. El más superficial examen del desarrollo religioso del pasado bastará para demostrar que no ha sido científico o sistemático, ni mucho menos, sino que siempre han prevalecido los métodos más improvisados y azarosos. Por su capacidad para la devoción unos cuantos se han elevado a sublimes alturas de espiritualidad y son conocidos en todas las épocas como santos, faros luminosos en el camino, demostrando lo que es posible lograr.
Pero el modo de llegar a semejante alta espiritualidad ha sido y es un misterio para todo el mundo, aun para aquellos que ardientemente desean semejante desarrollo, y éstos son desgraciadamente muy pocos en los tiempos actuales. Los Hermanos Mayores de los Rosacruces han establecido, sin embargo, un método científico, el cual, si es seguido con persistencia y celo, desarrollará los poderes durmientes del alma en cualquier individuo, con tanta seguridad como cualquier práctica constante tendrá como consecuencia que una persona se haga especialista en no importa qué asunto material. Para comprender bien esto es preciso darse cuenta de los hechos que son del caso; fue la rueda del antiguo molino la que dio al ingeniero científico la idea de cómo se podría emplear la fuerza del agua de un modo eficaz y de la mayor ventaja. Si estudiamos primeramente el desarrollo natural del poder del alma por la evolución, estaremos en situación de comprender los grandes y beneficiosos resultados que se podrán obtener por la aplicación de métodos científicos a este importante asunto. Los estudiantes de las enseñanzas Rosacruces están naturalmente familiarizados con los puntos esenciales de este proceso del desarrollo humano por la evolución, pero puede haber algunos que no estén tan bien informados, y por esta razón vamos a dar una pequeña explicación que de otro modo no hubiera sido necesario.
La ciencia dice, y con razón, que una sustancia invisible e intangible llamada éter, ínter penetra todas las cosas desde los sólidos más densos hasta el aire que respiramos. Este éter nunca ha sido visto, medido ni analizado por la ciencia, pero es necesario admitir su existencia para poder explicar varios fenómenos, como por ejemplo, la transmisión de la luz a través del vacío. Ante esto, dice la ciencia, el éter es el medio de transmisión del rayo luminoso. Así, pues, el éter nos lleva una imagen de todos los objetos que están fuera de nosotros, pero dentro de la periferia de nuestra visión, y la imprime en la retina del ojo. Del mismo modo cuando un operador de películas cinematográficas fotografía cierto número de escenas de una comedia, el éter lleva las imágenes de todos los objetos, los movimientos que hacen los artistas, etc., con los más pequeños detalles, a través de los lentes de su cámara a la sensible placa, dejando un registro completo de toda la escena y de todos los gestos de los actores de la comedia. Y si hubiese en nuestros ojos una película semejante del largo suficiente para contener las imágenes, al final de nuestra vida tendríamos entonces un registro completo de cada acontecimiento que hubiera sucedido en ella, es decir, suponiendo que lo viésemos nosotros. Pero hay muchas personas que son deficientes en varios sentidos; hay algo, sin embargo, que todos tienen que hacer para vivir: esto es, respirar. Y la naturaleza, que no es más que otro nombre de Dios, ha decretado que el registro sea conservado por este medio universalmente usado. Todos los momentos de nuestra acción en el drama de la vida, desde la primera respiración hasta la agonía de la muerte, el éter que es llevado dentro de nuestros pulmones, trae consigo una imagen completa de lo que nos rodea por fuera, de nuestras acciones y de las acciones de otras personas que están con nosotros, y el recuerdo de todo esto queda impreso en un pequeño átomo, colocado en el ventrículo izquierdo del ápice del corazón, donde la sangre nuevamente oxigenada, llevando consigo una imagen distinta en cada momento de nuestra vida, pasa por aquel átomo en corriente continua. Por esta razón, todo lo que decimos o hacemos, desde lo más pequeño hasta lo más grande, desde lo mejor hasta lo peor, está inscrito en nuestro corazón con caracteres indelebles. Este recuerdo es la base del método natural y lento del crecimiento del alma por la evolución, correspondiendo a la rueda del viejo molino de agua.
En el capitulo próximo veremos cómo por medios científicos el crecimiento del alma puede ser llevado a cabo y un mayor poder desarrollado por un mejoramiento de este proceso.
del libro "Enseñanzas de un Iniciado", de Max Heindel
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